Levantándose despacio, lo primero que pensó fue: "si ha resistido a mis sueños de faisanes, puede con todo". En realidad no había soñado con ellos, ni siquiera sabía cómo eran, pero eso fue lo que le vino a la mente. Desentrañando su sueño descubrió que en realidad lo que había estado haciendo aquella noche de una forma casi inconsciente es dar un concierto. Un concierto increíble, el mayor de su carrera de farmaceútico (pues él no sabía tocar ningún instrumento). De hecho, lo había intentado, pero frustración fue la única melodía que pudo componer. Quizá por ello tenía en casa un busto de Beethoven, un compositor sordo.
"¿Por qué las canciones de antes son las que más me hacen sentir vivo?" Y comenzó a dar un paseo (mental) por los antiguos temas que ejercían esa poderosa fuerza en sus estómagos. Repasó incluso portadas de discos que se sabía de memoria y letras qu eya formaban parte de su vida. Pequeñas porciones de tres minutos y medio en las que están divididas su historia. Resolviendo el crucigrama contrarreloj, entre instrumentos que tocan (los dos sentidos) a su fin.
Tanto su mente como su cuerpo estabana cansados de tanto pensamiento y tanta autoregresión, así que creyó que una buena idea sería poner la radio para distraerse. Clic, ffff, clic, ffff, uchi-uchi, clic, chunda-chunda, clic, lalalalala, clic, blablablabla, clic, dudua, clic, tucutucutucu, clic, nainonaino.
OFF.
