
Entre senos y cosenos. Segunda planta, ¿desubicado? En mis manos, "Crimen y castigo". Benni me llama la atención. Me giro. Un chico con gafas y una goma en la mano la frota contra la pared.
¡Por fin! Alguien toma la inciativa; se borrarán los colores. Pasa la goma por todas las paredes, no importa que se gaste, yo te dejo más. Borra la cafetería, al dandy, al sindientes, al gordo, al padredecompañeros, las máquinas de ticket, las mesas, los carteles de coca-cola y los de tabaco.
A lo mejor las paredes no son grises, sino que lo están, por sucias y sin borrar.
Borra la biblioteca y sus puertas corrosivas, todos los manuales que nunca están disponiobles y los que no utilizaremos. El puesto, sus bolsas tresporsesenta, al pelos, la tipa y el tráfico de tabaco. El césped y sus kalimotxadas, los estudios de radio y televisión, los pósters de cine, la videoteca, las editoras, el AVID, el hall, los pasillos, a las de la limpieza, a las bedelas, los técnicos con bata y sin ella, los ascensores misteriosos que conducen a menos pisos, los despachos y departamentos, los tablones de anuncios, los premios, las notas, los honoris causa, los cum laude.
Borrando mientras saltan las virutas de la goma, cada vez más grandes del mismo modo que empequeñece la goma.
Bórranos a todos menos a nosotros mismos. Y ahora, enciérranos en un folio y cuenta nuestra historia en tinta indeleble y contra la que tu goma nada podrá.