Hay quien toma sus relaciones personales (incluídas las sentimentales) como documentos administrativos. Rellena un formulario acá, sella por triplicado allá, acude a la ventanilla V, espera en la cola C, a la hora H, del día D, en el pasillo P del área A y la estancia E.
Y todo para que a la mínima, al no cumplimentar un requisito, un pequeño recuadro, una equis mal trazada, al confundirse, al errar nimiamente...se tenga que repetir la operación de forma mecánica, indicada por otra persona. Todo son trámites: nacimiento, defunción, matrimonio, divorcio...¿qué sería de nuesta vida sin estos papeles? Quizá no seríamos nadie reconocido (legalmente).
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