Allá voy. Hoy que ya he perdido un poco más y me siento más ganador que nunca. Lo que me quitan y lo que me dan, continuo tira y afloja. Siempre con mis contra-dicciones. Siempre con mis alter-ego o mis ego-alter...
Pero sigo encerrado aquí, creyendo poder despertar de esta ensoñación palpable, olorosa, táctil y yo-qué-sé-qué-más... El caso es que sangro. Miento. Son mis ojos los que sangran, borrachos de venas y a reventar. Siempre está la puerta metálica, a veces una pantalla orwelliana y otras, un corazón abierto, perforado por clavos herrumbrosos.
Miro hacia mí y veo pellejos y huesos. Sin embargo, cuando no me miro me siento fuerte. Cuando miro al resto me siento una parte del mundo, quizá prepotente, por aquello de que nada pasa si no estoy presente (esa manía de contar las cosas, verlas como un invisible y que éstas se hagan cognoscibles)
Pero ante la suma (más) de malos momentos, la resta (menos) de males.
Menos mal que puedo dormir, si no moriría. Menos mal que sé que me queda descansar de mí mismo y de mis demonios por un rato. Menos mal que alguien toca la puerta. Menos mal que por muy mal que vayan las cosas, no son eternas. Menos mal que no todo me da igual. Menos mal que hay alguien ahí. Menos mal que puedo aún escribir...
Menos mal que nos queda Portugal...y ante todo, mucha calma. Menos mal que gracias a algunas cosas y personas, es un mal menos.
1 comment:
Gracias a algunas cosas y personas, no es un mal menos, sino un bien más.
Post a Comment