Thursday, June 01, 2006

RETIR-ARTE


La música se muere. Esta vez la culpable no es la SGAE, ni el top manta, ni la piratería, ni la industria, ni los P2P, ni la revolución mp3, del famoso 10%, ni siquiera es culpa del copyleft.
Es una ordenanza municipal, que como siempre, se ajusta a la realidad social del momento. Una ordenanza que prohibe hacer música en la calle sin ánimo de lucro. Esto sería comprensible si nos atenemos a la ley del ruido, pero resulta que donde se está prohibiendo es en el famoso parque de El Retiro, hogar desde siempre de la música. Y alejado de viviendas donde el ruido pudiera incomodar a los vecinos. El parque es un lugar de encuentro de los aficionados a este instrumento que se juntan cada domingo de forma espontánea para acabar la semana bailando, tocando o disfrutando de los sonidos. Pero hace menos de un mes, la policía desalojó el parque aludiendo a una ordenanza municipal. Los tambores eran exiliados de la "plaza de las columnas" (monumento a Alfonso XII) a otros lugares, cuando no se los silencia.
Será que el djembé es africano y la política de inmigración se ha revitalizado, será que se toca con las manos o por lo que sea...pero cae gordo.
Tiene su origen en el antiguo imperio de Malí y ha continuado su presencia en la mayor parte de los países del África Oeste. Su función era la de ser un "tambor sagrado", por lo que se entiende que era utilizado en todas aquellas ceremonias de la vida diaria, ya fueran curativas, guerreras, de culto a los antepasados, etcétera. La marcada diferencia que tiene el djembé con respecto a otros tipos de tambores es la de la diversa escala de tonos que puede llegar a producir, abarcando desde los tonos más dinámicos a los más sugestivos.

El djembé es también un símbolo. Guinea, como país central del yembé, había sufrido durante 25 años la tiranía de un gobierno o régimen represivo personificado en la figura de Sekou Touréun, que le había impedido su apertura al mundo y los efectos que un régimen así conllevan para la vida cultural de un país. Pero es a partir de la muerte del dictador cuando comienza la apertura cultural y se reinician los contactos internacionales y lo que ellos han conllevado, como es la expansión del instrumento por el mundo.

El yembé se ha internacionalizado, se ha hecho global, como tanto gusta decir. Sin embargo, el proceso de creación del instrumento se ha perdido. No se conoce el origen del instrumento ni en qué momentos se usa. Ahora, su existencia se basa solamente en la comercialización. Ante esto, muchos críticos se plantean si no se está perdiendo la esencia de la música, ya que este tambor tiene mucha relación con una cultura, un modo de expresión basado en la improvisación. Un modo de manifestarse que implica una forma de ver la vida, unos ritos, un culto, una ARTE-sanía.
Por ahora, "sólo" se ha perdido parte de este sentido, pero peligra que se pierda la misma música del instrumento. Que los tambores dejen de sonar. Que acabe el arte del Retiro, el arte de la calle. Que sea hora de Retir-arte, para dejar paso a la industria, por ejemplo, a la del libro.

Como dice en las paredes de la Facultad de Ciencias de la Información de la Universidad Complutense de Madrid, "la música sólo acaba si lo permitimos".

4 comments:

Uqbar said...

Tenemos el poder soberano de movilizar nuestras manos sobre un yembé. Ordenanzas municipales... seré escatológico x primera vez... por los cojones!

No revelarse contra le ley injusta es ser solo un epígrafe de la misma. La música no se muere, o lo que es lo mismo está en continua muerte pero por su naturaleza, mientras queden ganas habrá música... alguien ha hablado del fin de las ganas? no,pues eso

gErT said...

la música sólo se acaba momentáneamente, justo en el instante entre que acaba una canción y empieza otra.

Uqbar said...

Yo más bien me refería a que la música está en constante cambio, y que la música en directo no es dos veces igual por mucho que te esmeres... es la grandiosidad del arte que más me gusta...

Siempre muriendo y renaciendo de otro modo, la música es la incertidumbre hecha sonido... depende de quien la toque y de quien la mueva... o de quien la escuche... No solo no hay dos piezas musicales iguales... sino que no hay pieza musical que se toque igual por dos personas, incluso por la misma persona

Que grande es la música...

Uqbar el músico frustrado...melómano orgulloso

Anonymous said...

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