Friday, June 30, 2006

HOY, A NADO EN UN MADRID DE ARCOIRIS


El agua no sabe a sal, pero se nota un cierto paralelismo de nado en dos mundos diferentes. Pena de ínsula para los que nos quedamos. Ínsula insulsa para los que se marchan, beneficio de la duda, más bien la duda tiene beneficios, apuestas por ganar de tan seguro. Resultas de las restas, derroches de oportunidades apuntadas en el thingstodobefore...
El diálogo sobre monólogo de teatro sobre monólogo de vida sobre metropolitanos reaviva viejos dolores incoloros y trasportados como maleta, aserrados como si no entrasen.
Pero volvamos a donde nos encontramos, maldita meseta elevada donde llueven chubascos y al rato llueve en el estómago y dan ganas de llover por los ojos.
A un metro. Sólo uno. Y no había nadie entre medias. Algunos no querían romper esa línea invisible de energía que desprenden dos cuerpos aún sin conocerse. La fuerza de la causalidad nos persigue a cada rato y nos protegemos de ella con el escudo de la excusa. Como siempre, el razonamiento más poderoso es el que nos damos a nosotros mismos.
Tomamos los remos con firmeza, como si de verdad quisiéramos ir hacia un lugar indicado (el destino, como en el monólogo) y luego resulta que nos lleva la corriente, marea humana y demás (joder con el maldito monólogo)

En resumen:
Llovió lluvia blanca. Y luego salió el sol. Más tarde, todo fue arcoiris difuminado.

1 comment:

pebbels said...

no es que no quieran romper la línea, no son excusas lo que interfieren entre ellos dos, es el miedo....eso es mucho más fuerte que cualquier otro impulso, porque te paraliza, te deja inmóvil a un metro de la persona que más deseas y no te permite avanzar para decirle lo que sientes....
hay coas que nacen tan dentro de nosotros que no existe explicación que las defienda aunque sea uno mismo el que la busca....